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Segunda Época | Mes Enero/2019 | Año 5 | No. 44

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Joya arquitectónica patrimonial. La Capilla Nuestra Señora de los Dolores

Yolanda Aguilera Iglesias

Sobrevivir al tiempo. Una visita a la Iglesia Parroquial Mayor de San Salvador de Bayamo

Mauricio Abreu

Fragmento del discurso leído por el presbítero Dr. M. Ángel Portuondo en la misa solemne de inauguración de la iglesia mayor de Bayamo

 

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Joya arquitectónica patrimonial. La Capilla Nuestra Señora de los Dolores

Yolanda Aguilera Iglesias

En Bayamo todo tiene un sello singular y una carga de historia. La Capilla Nuestra Señora de los Dolores encierra misterio. El singular espacio tiene características arquitectónicas de las llamadas iglesias matrices conocidas como iglesias elementales, formándose como una joya, fruto de la cooperación del pueblo en su proceso de restauración y conservación del patrimonio nacional.
La Capilla Nuestra Señora de los Dolores pertenece a la iglesia San Salvador. “Se comenzó a edificar en 1516, celebrándose en ella la primera misa en el año 1517. Arruinada completamente por tres terremotos sucesivos en 1551, 1624 y 1766, fue reconstruida a expensas del vecindario y de la Mitra, con auxilio del gobierno. Se erigió en Parroquia Mayor, el 4 de febrero de 1613 por Alfonso Enrique de Almendares. Desde 1751 a 1766, sirvió de Parroquia la Iglesia del Santo Cristo del Buen Viaje, de la que solo quedan los cimientos.
“Consta que el sábado 24 de enero de 1733, Fray J. Lasso de la Vega y Cansino, obispo de la Diócesis, bendijo la piedra angular de la Capilla de Nuestra Señora de los Dolores según el Pontifical Romano. La inscripción que marca el hecho se encuentra en una de las vigas del coro, que existe agregada a la iglesia y con ella un solo edificio, la cual sirvió de Parroquia desde que fue incendiado el templo”.
Ni en el Terremoto de 1766 y ni en la quema del 12 de enero de 1869, sufrió La Capilla Nuestra Señora de los Dolores. El historiador de La Habana, Eusebio Leal destacó “cuando la obra se une a la inteligencia y se renueva con la inspiración y esfuerzo se pueden resaltar cosas muy valiosas”.
Luis Piña y Provenza, pide que con su herencia se construya una capilla dedicada a los dolores de la Santa Madre de Dios, para todos la Virgen María. Así como se reconocen las etapas de restauración que se han realizado por los especialistas del obispado, el Programa de Desarrollo Humano Local en Granma, la Universidad Italiana de Florencia, el Centro Provincial de Patrimonio y el historiador de la ciudad. Después de una ardua labor de Cooperación cubano italiano y las autoridades correspondientes, así como los organismos designados en el año 2007, fue reinaugurado y bendecido el lugar que encierra grandeza.
Aún se conservan en la entrada patrimonial dos vigas de madera que fueron las primeras que se colocaron en la construcción de la Capilla un sábado 24 de enero del año1733 aunque esta es inaugurada, según confirma la otra inscripción, en el año 1740 un domingo 24 de abril. Según algunos testimonian, el rostro de la Señora de los Dolores había sido pintado por el de una bayamesa, algo no verificado en el transcurso de los años.
Los bayameses nos sentimos honrados, por los legados patrimoniales e históricos que posee la ciudad Monumento Nacional. La Capilla Nuestra Señora de los Dolores se ha convertido en un lugar cuidado con esmero y amor.

NOTA: Libro Bayamo y su Iglesia  Mayor. Por el Vicario del Arenal. Año 1919.
Cuatro Siglos de Historia de Bayamo. Enrique Orlando Lacalle.
Archivo. Personal. Familia Cabrera Boza.

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Sobrevivir al tiempo. Una visita a la Iglesia Parroquial Mayor de San Salvador de Bayamo

Mauricio Abreu

Resulta una necesidad ineludible hablar de la Iglesia Parroquial Mayor de San Salvador de Bayamo, no solo porque ha sido testigo de grades hechos históricos (en su recinto se interpretó La Bayamesa -que luego devino nuestro Himno Nacional-, se bendijo la bandera de Céspedes, además el inmueble fue partícipe excepcional de la quema de la ciudad) sino porque en su interior se encuentran piezas que, por su valor artístico, no se pueden olvidar.
La Capilla Nuestra Señora de los Dolores, obra atribuida al bayamés Manuel del Socorro, posee un retablo netamente barroco, que evidencia haber sido adaptado al local, ya que en su parte superior, esculpida en madera y laminada en oro, tiene como fondo elementos pictóricos rojos -como es conocido, en Cuba se utilizó el azul-, que son característicos de Centroamérica, en específico de Guatemala y México. Esta zona no se corresponde con el interior, que ha sido tallada, escayolada y después pintada, constituyendo una policromía. Otro detalle que denota el acople del retablo al local es el crucifijo, en su parte superior, en forma horizontal pegado al arneruelo. 
En la capilla, que comenzó a construirse el sábado 24 de enero de 1733 y culminó el domingo 24 de abril de 1740, se halla también un trabajo de artes plásticas de los primeros y más antiguos que hoy pueden apreciarse. En el arneruelo del alfarje existen pinturas de flores y animales autóctonos, llamativas por su sincretismo, ya que son elementos totalmente cubanos que en los techos coloniales de nuestro país no se aprecian de manera habitual. Es posible que esta obra, de autor anónimo, fuera realizada por hombres de la zona, ya que su envergadura no sugiere otra cosa.
El Jesucristo ubicado en la misma capilla en una talla en madera, de autor desconocido, de líneas primitivas, con rostro de un aborigen achinado propio de las zonas de Centroamérica, que es probable llegara a Bayamo por el comercio de rescate. Esta imagen no guarda relación con el retablo, ya que es notable lo diverso del trabajo en cada uno de los casos.
Algo similar puede observarse en el Santísimo Salvador, que da nombre a la iglesia, y que según plantea Maceo Verdecia, en su libro Bayamo, llegó al templo en 1730 y fue sacado de este la noche de la quema de la ciudad, por Maceo Osorio, Perucho Figueredo, Luis Marcano y Donato Mármol, y llevado a la manigua como parte de un acuerdo del Ayuntamiento Revolucionario de Bayamo. Alrededor de los años cuarenta, de este siglo, fue encontrado en una finca que, según señala el propio autor, perteneció a Francisco Vicente Aguilera. Los rasgos de esta pieza son de un trabajo americano, en el cual puede notarse un escayolado y después pintado, con ciertas desproporciones desde el punto de vista antropomórtico.
Al continuar el recorrido por la iglesia se encuentra, cercana a la puerta principal, la pila bautismal, una talla en mármol o piedra rojiza de la región de Santa Rita, Jiguaní, que por sus características es posible enmarcar dentro del barroco. No puede afirmarse que esa sea la pila original de cuando empezó a construirse el templo en 1600, porque como es conocido el inmueble sufrió, en 1624, una reparación producto de un terremoto.
Existe, asimismo, un inmenso lienzo que representa la bendición de la bandera de Céspedes, obra fechada en 1918, en Santiago de Cuba, realizada por el pintor dominicano Luis Desangles (1862-1937) a petición del arzobispo de la Catedral de Santiago, Ambrosio Guerra, quien dirigiera la restauración de la parroquia bayamesa a título del templo. El cuadro posee la misma forma del techo, que es una imitación de una bóveda de medio cañón del arte romántico, y presenta a su autor, un poco a lo Velázquez, mirando hacia el público.
A lo largo del templo se encuentra diez medallones, ocho de ellos atribuidos a Desangles, que son lienzos trabajados en óleo y pegados al muro, lo cual constituye algo original por lo poco visto en Cuba. Los dos últimos quizás sean de otro autor, producto de restauraciones posteriores o de modificaciones, ya que existe una diferencia en el tratamiento del color.
Posiblemente el único templo religioso cubano que todavía sobreviva al tiempo sea la Iglesia Parroquial Mayor de San Salvador de Bayamo. De ahí, el gesto bayamés de acercar al visitante a uno de los más añejos monumentos que adornan sus calles, patrimonio íntimo del decursar de sus generaciones.
La pila bautismal es una de las obras más antiguas que conserva la Iglesia Parroquial Mayor de San Salvador de Bayamo.

NOTA: Tomado de la Revista Revolución y Cultura, junio 1982.
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Fragmento del discurso leído por el presbítero Dr. M. Ángel Portuondo en la misa solemne de inauguración de la iglesia mayor de Bayamo

 

De lo que ha hecho la Iglesia por la Patria cubana es monumento magnífico y elocuente este Templo del Santísimo Salvador, la más preciosa reliquia de nuestras luchas, el testimonio más elocuente de participación que toma la Iglesia en las grandes empresas. En aras del amor patrio, los hijos de Bayamo que sentían correr por sus venas la sangre fecunda en grandes heroísmos, supieron copiar y hasta superar, si cabe, el sacrificio heroico de Numancia y Sagunto, y si este timbre de gloria para la hispana gente, Bayamo y los bayameses son eslabones magníficos de esa cadena de heroísmo que los siglos respetan y los hombres admiran y que hacen de la familia hispano-americana, la más grande de la Historia, y la más legítima representación del Hombre. Y aquí no teniendo con qué contribuir a la causa de la libertad más que con sus sacerdotes y sus templos; aquellos cumplen su alto deber y estos con los palacios de los ricos y las chozas de los pobres, son también sacrificados en aras del patrimonio. Hoy, gracias al celo activos de nuestro amado Prelado, hijo adoptivo de esta Ciudad, ábrense de nuevo las puertas del que antaño fue templo grandiosos, monumento de la religiosidad de un pueblo; después testigo mudo de grandes dolores y hoy prueba fehaciente de que la Iglesia va siempre a la vanguardia cuando se trata de conquistar la felicidad y el progreso verdadero de los pueblos. Esa es la historia de la Iglesia, ayer, hoy, mañana y siempre.
(…) ¡Oh fecha gloriosa del 10 de octubre! Fecha escrita en nuestros corazones con lágrimas, en nuestra hermosa tierra con cadáveres, en nuestras montañas grabada con el filo del machete redentor! ¡Yo te saludo emocionado! Te recuerdo conmovido, y ante este sol que es nuestro solamente, mi alma se siente gigante, la sangre hierve en mis venas al recuerdo de tu gloriosa fecha. ¡Cuántas tentativas fracasadas para arrancar de mi Patria el árbol santo de la libertad! ¡Cuánta ingratitud se alberga en el corazón de mis hermanos! ¡Cuántas adversidades y… cuantas humillaciones! Pero gracias sean dadas a ti, oh Dios mío, todavía tenemos Patria; todavía nos alumbra el sol de la libertad. ¡Que no necesite mi Patria querida más grande para ser feliz! Que no se eleve otra vez ante el trono de tu divina justicia, el humo de nuestros hogares reducidos a cenizas para protestar contra osado extranjero. Almas nobles y grandes que en propicio del holocausto os ofrecisteis a Dios en el altar de la Patria: Céspedes, Aguilera, Martí, Maceo, vosotros todos, héroes anónimos, que llevasteis a cabo esta grandiosa obra, vosotros que seguramente gozáis en ese mar sin límites de la divina bondad el premio de vuestro patriotismo, fruto de vuestra caridad, perdonad a vuestros hijos sus yerros; alcanzad del Señor para los cubanos ese espíritu de sacrificio que os dio alto sitial en la inmortalidad. Que jamás se empañe ese diamantino brillo de la estrella solitaria, símbolo de nuestro martirio, norte de nuestros deseos.
Jesús, salvador de los hombres. Jesús, maestro divino de amor y bondad. Jesús, Dios eterno en cuyas manos está la suerte de los hombres comprados con tu sangre, el corazón de Cuba está a tus pies; el alma cubana se eleva en este tu templo en alas de los cánticos, en las espirales del místico incienso; déjala Señor que en vuestro corazón llagado vierta el cáliz de sus amarguras y lo trueque por el fuego santo de tu caridad. Oye, Señor, los ruegos de tus hijos, oye los ruegos de tu madre y nuestra la Santísima Virgen de la Cridad; abre, Señor, abre más aún la herida que amor en tu corazón abriera, para que entremos, todos los cubanos en ella y aprendamos en esa escuela de infinita caridad, la fortaleza de nuestros héroes, la fe de nuestros mártires, el amor a nuestra Patria. Concedednos, Señor, en este día grande de nuestra Historia, las bendiciones de tu gracia, para que realizando cada día el ideal de nuestros padres, hagamos de Cuba el pueblo más grande de la tierra, el pueblo de los grandes heroísmos.

NOTA: Fragmento tomado del discurso leído por el presbítero Dr. M. Ángel Portuondo en la misa solemne de inauguración de la iglesia mayor de Bayamo. Bayamo sobre capilla.
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Boletín Acento . Oficina del Historiador
Bayamo M.N., Cuba. 2019
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